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Terminal de los carros de sangre

Autor: Zerreitug
Técnica: Diorama
Superficie:
Fecha: 2005

Por lo anecdótico y generador de simpatías, muchos escritores han rememorado el paso de los llamados "carros de sangre". Como aquel que hacía su recorrido por el Llano Subercaseaux, lugar donde los pasajeros compraban empanadas y luego incluso terminaban bailando cueca en los tugurios del sector. También se cuenta que estos carritos paraban cuando les daba la gana; todo dependía de si el que subía le caía en gracia o no al conductor, caso en que, o no le paraba para llevarlo o bien lo dejaba en la puerta de su casa.

Fueron bautizados con esa denominación porque en sus inicios los carros o tranvías fueron tirados por caballos. Durante la época del Santiago colonial y buena parte del siglo XIX se convirtieron en el medio de transporte por excelencia.

A principios del siglo XX, se produce en la ciudad una verdadera explosión de líneas de transporte que permiten unir distintos extremos de la capital y relacionarla por consiguiente con las parcelas y campos aledaños.

En 1875 se inician los trabajos de instalación de la línea 3 de Ñuñoa. Empezaba su recorrido en la Estación Central, continuaba por las calles Alameda, Vicuña Mackenna, Irarrázaval y Av. Ossa, llegando hasta el Canal San Carlos donde se encontraba su estación de término. Los festivos tenía gran movimiento debido a las numerosas quintas de recreo situadas al final de Av. Ossa, además del gran número de personas que se dirigían a fundos y haciendas del sector o a las termas de Apoquindo, al pie de los cerros y al final de la actual Avenida Colón. Los viajeros hacían combinación con coches, carretas y caballos que esperaban en el terminal del ferrocarril urbano para llevarlos a dichos lugares.

Este diorama muestra en primer plano a un carro de sangre de dos pisos llegando a la terminal. Ahí se encontraba con la tornamesa, instrumento que servía para dar vuelta el carro, cambiar caballos y reiniciar el trayecto hacia el centro de la comuna. Mientras, al otro lado de la calle, varios coches, carretas y caballos esperan a los pasajeros que prosiguen su viaje. En 1902, los carros de sangre de la línea 3 son desplazados por el tranvía eléctrico.

Terminal línea 3 Ñuñoa del Ferrocarril Urbano

Autor: Zerreitug
Técnica: Diorama
Superficie:
Fecha: 2005

El ferrocarril urbano consistía en carros metálicos que se desplazaban por rieles tirados por caballos y eran conocidos como 'carros de sangre' En 1875 se inician los trabajos de instalación de la línea 3.

Empezaba su recorrido en la Estación Central, continuaba por las calles Alameda, Vicuña Mackenna, Irarrázaval y Av. Ossa, llegando hasta el canal San Carlos donde se encontraba su estación de término.

Los días festivos esta línea tenía gran movimiento debido a las numerosas quintas de recreo situadas al final de Av. Ossa, además del gran número de personas que se dirigían a fundos y haciendas del sector o a las termas de Apoquindo, al pie de los cerros al final la actual Av. Colón.

Estas personas hacían combinación con coches, carretas y caballos que esperaban en el terminal del ferrocarril urbano para llevarlos a tan apartados lugares.

En el diorama, en primer plano, un carro de sangre de dos pisos llegando al terminal, al otro lado de la calle varios coches carretas y caballos esperan a los pasajeros que siguen su viaje.

En 1902 los carros de sangre de la línea 3 son desplazados por el tranvía eléctrico.

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