Historias de Metro

A este coleccionista sí que le dan boleto.

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Fernando Zambrano lo recuerda bien. Eran cerca de las diez de la mañana de un día en 1977. Él estaba ansioso y su padre, que trabajaba en una empresa de construcción, también lo estaba. Esa mañana, padre e hijo vieron in situ la construcción de Línea 2.

“En ese tiempo era todo a rajo abierto y para la época era muy innovador. Ese día cambió para siempre mi vida”, dice el dibujante técnico de 48 años. Y la verdad es que no exagera, porque desde ese día se volvió un coleccionista de Metro. Junta parches, uniformes y folletos. Sin embargo la que más llama la atención es su colección de boletos y tarjetas bip!

“Tengo más de 480 boletos distintos de Metro, los comencé a juntar a los 15 años. Tengo incluso esos de combinación que uno compraba cuando pasaba de Los Héroes de Línea 1 a Línea 2”, cuenta Fernando.

Entre su colección se encuentran boletos de los 70 y 80, los que han sido intercambiados con otros coleccionistas y amigos que saben de su fanatismo. El que más recuerda es uno con motivos de Rodin que se hizo para una exposición del artista en Chile.

Y con las tarjetas no se queda atrás. Dice que de las antiguas Multivías sólo le faltan tres, mientras que de las bip! azules sólo le quedan cuatro para tenerlas todas. Las que llevan diseño las tiene todas y las va comprando apenas se ponen en circulación.

¿Qué fijación tiene con el Metro de Santiago?

Me parece que Metro es una empresa ordenada, aseada, una joya en comparación a otros países. He tenido la posibilidad de ver otros metros y este es el mejor. Yo siento mucho orgullo del Metro.

¿Su señora entiende su fanatismo?

Sí, ella es una mujer comprensiva. Dice que a pesar de todo lo que junto, soy un coleccionista ordenado.