Historias de Metro

¡Mujeres a bordo!

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Lunes. Siete y media de la mañana. El viaje por Línea 2 está en pleno horario punta, se nota al mirar las estaciones y entrar en los trenes. Los viajeros van al ritmo del dicho: "como día lunes" hasta que se escucha desde los parlantes del tren la voz de una mujer, pero no es la de siempre. Esta voz es real. La conductora de este tren es una mujer.

Son 158 las mujeres que diariamente toman el mando de los trenes de Metro para transportar a los casi 3 millones de pasajeros que al día circulan por Metro. Para muchos, ha sido sorpresivo escuchar una voz femenina real anunciaar la próxima estación, el cierre de puertas o el cordial buen día. Para ellas, es un orgullo tener la posibilidad de desempeñarse en un oficio donde predominan los hombres.

Javiera Vargas, es conductora de línea 2 hace dos años y dice que ha tenido una muy buena experiencia. Su tren favorito es el NS 74 porque es “amigable y aperrado”, por la cantidad de años que lleva en circulación. Los fans más fieles son los niños, y asegura que es muy grato ver cuando ellos les cuentan a sus papás que hay una conductora a bordo del tren. “Acá en Metro somos todos iguales y no es un impedimento ser mujer para conducir. A veces tocamos la bocina a los niños que nos saludan en el andén porque eso los emociona mucho. Ser conductora es increíble porque te entretiene y aleja de la rutina. Además, Metro nos permite demostrar que hombres y mujeres estamos capacitados para hacer de manera ejemplar nuestro trabajo”, cuenta Javiera.

Marta Rubio, comenzó a trabajar en Metro en 2011 como asistente de jefe de estación, luego como jefa de estación y ahora es conductora. Hace siete años que es parte del staff de línea 5 y dice que las mujeres se sienten orgullosas cuando la ven conducir. “Yo trato de ayudar cuando hay inconvenientes, mi servicio al cliente siempre ha estado presente, por eso también me bajo a saludar a los niños y les dejo mirar la cabina cuando estamos en el terminal. Estoy feliz, me gusta lo que hago y me siento muy orgullosa de ser conductora de Metro”.

A la hora de hablar de la femineidad, Marta nos cuenta que en su cabina siempre anda con hilo y aguja porque aprendió la lección cuando rompió un pantalón en pleno turno. Además, asegura que el lápiz labial nunca falta porque le gusta estar bonita, aunque solo sea una voz para nuestros pasajeros.

Otra de las conductoras, Alejandra Vergara, asegura que fue un desafío muy enriquecedor postular al cargo porque estaba el estigma de que era difícil trabajar en esto. “Es poco común ver a una mujer en este tipo de cargos, pero no es imposible. Si tenemos una avería, estamos capacitadas para bajar a la vía y solucionar un problema. Soy una mujer que conoce de tuercas y estamos a la par con los hombres, ya que llevo siete años trabajando en L5”.

Lo más curioso que le ha pasado fue en la estación Bellavista de la Florida, donde un tipo que iba bajando la escalera para llegar al tren, le gritó que si no cerraba las puertas, le pedía matrimonio, “pero tuve que cerrarlas” comentó. “Me dijo que era mala y reí, pero nuestros pasajeros lo entienden igual”, concluye.